La verdad es que vivimos en un entorno cambiante en todos los aspectos. La tecnología avanza, la economía cambia, el mundo cambia. La clave para sobrevivir es adaptarse y de esto no escapan las empresas ni sus obligaciones fiscales.
En la medida en que el mundo se volvió más globalizado, las administraciones fiscales de los países tuvieron que desarrollar mecanismos para evitar las estrategias fiscales que provocaban las transferencias de beneficios a países de menor imposición. Con el tiempo las Administraciones Tributarias se dieron cuenta que la unión hace la fuerza, por lo que los países del G20 exhortaron a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que impulsara un plan de acción global para evitar que las empresas dejaran sus beneficios en territorios de baja imposición y paraísos fiscales.
En este sentido, los países de la OCDE y los miembros del G20 han aunado esfuerzos en promover herramientas para tratar de solucionar los problemas de evasión fiscal que, entre otros, se derivan de la implementación de estrategias fiscales nocivas que tienden a disminuir la base imponible. La solución a esta problemática es hoy conocida como BEPS (Base Erosion and Profit Shifting), es decir, Erosión de las Bases Fiscales y Traslado de Beneficios. Esta iniciativa busca que se paguen los impuestos en el territorio donde se genera valor y evitar la doble imposición internacional.
Por ahora, varios países han modificado sus legislaciones fiscales para adaptarlas a los BEPS y se espera que un mediano plazo escuchemos noticias similares en el ámbito local.
El proyecto BEPS incluye 15 informes que apuntan cada uno de ellos a resolver situaciones particulares, siendo el que más nos interesa el número 13, sobre “Documentación de los Precios de Transferencia y Reporte País por País”.
En base a lo anterior, a partir de los ejercicios fiscales que se inicien el 1 de enero de 2016, los grupos multinacionales tendrán el deber de contar con tres reportes de precios de transferencia:
El primero es el Archivo Maestro (máster file), que deberá contener información general sobre el negocio global del grupo económico y las políticas de precios de transferencia que estará disponible para todas las administraciones tributarias.
El segundo es el Archivo Local (local file), que muestre información detallada del país, identificando operaciones materiales con partes vinculadas, montos de dichas operaciones, y el análisis de precios de transferencia realizado.
El tercero es el Archivo País por País (country-by-country), que se debe hacer anualmente para entregarse a la administración tributaria del país donde opere y debe incluir información de los beneficios antes de impuestos, impuestos pagados y compensados, ganancias acumuladas y activos tangibles.
Con esos tres reportes, las administraciones tributarias podrían conseguir que los contribuyentes sean más consistentes en su posición respecto de los precios de transferencia. En este sentido, es tiempo de que las empresas revisen el cumplimiento de sus obligaciones fiscales a fin de que puedan medir el riesgo al que se enfrentan y estar preparados para eventuales fiscalizaciones de la Administración Tributaria.
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