Por lo general, cuando escuchamos hablar de impuestos nos predisponemos. Cuando un tema nos resulta desagradable lo echamos a un lado, el problema es que, al no ponerle atención, lo descuidamos dejando que se conviertan en un problema aún mayor. Por eso, en esta entrega te dejo los 7 errores que puedes evitar cuando se trata de impuestos:
- La idea de que solo emites comprobantes fiscales cuando el cliente lo solicita:
Desde el año 2007 cuando entraron en vigor los Números de Comprobantes Fiscales o NCF, todas las facturas que emita un negocio deben tener la secuencia que le corresponde, ya sea de crédito o de consumo según sea necesario. Pero, imagínate el escenario en donde tus servicios se ofrecen mayoritariamente a personas naturales, ya seas un dentista, psicólogo, coach o similar, y en las remisiones mensuales de datos solo reportas facturas de crédito… Seguro que eso daría pie a un reclamo o fiscalización por parte de la DGII.
- Prestar comprobantes fiscales:
Cuando haces esto estás reconociendo un ingreso que no te corresponde. Dependiendo que tan grande sea ese ingreso, impactará en tu pago del Impuesto Sobre la Renta haciéndolo mayor al final del año y puede que hasta en el pago de anticipos.
- Pensar que el dinero del negocio es mi dinero:
Puedes ser el dueño de tu negocio, tu lo cuidas y administras, pero el negocio tiene personalidad propia, por lo que aun cuando seas el único accionista, los bienes del negocio son del negocio. Puedes asignarte un sueldo o esperar a cobrar dividendos si quieres gozar de los beneficios que has cosechado. En caso contrario, los retiros de dinero que hagas del negocio no serán deducibles.
- No considerar los impuestos en el presupuesto anual y la estimación de la rentabilidad del negocio:
Cuando haces las proyecciones financieras, o aun cuando estás definiendo el precio de tus productos o servicios, debes conocer por cada peso que te ganas, cuánto pagas de impuestos. Eso es vital para que la rentabilidad del negocio no se diluya con el pago de los impuestos. Sé realista, los impuestos impactan tu rentabilidad y para estimarla bien es mejor considerar su efecto.
- Gastar el dinero del ITBIS que facturo:
Cuando facturas, el dinero del ITBIS que recibes no es tuyo. Eso no representa un ingreso para ti. A menos que estés seguro/a de que tendrás la liquidez para pagar el impuesto dentro de la fecha límite, es preferible no tocar dinero que recibiste de tus clientes por concepto de ITBIS.
- Asumir que todos los gastos son deducibles solo porque tienen un NCF:
Donde sea que realices la compra de un bien o servicio deberían poder entregarte un comprobante fiscal válido
para crédito, pero eso no significa que el gasto sea válido para tu negocio. Lo será solo si lo puedes relacionar asignar a ese gasto la obtención de un ingreso sujeto a impuestos en la actividad normal de tu negocio.
- Ignorar las fechas límites de presentación y pago:
¡¿Qué decir?! Si te pasas de la fecha límite tendrás que pagar 10% de recargos por el primer mes o fracción de mes y 1.1% de interés indemnizatorio. Las sanciones alteran tu liquidez, y mientras más tiempo pase más altas son, llegando incluso a igualar el impuesto dejado de pagar. Es mejor tener pendiente el calendario del contribuyente y ahorrarse esas penalidades.
Comments
Marco Antonio
Me encanta su forma de explicar la contabilidad impositiva, mas claro de ahí, entiendo que no se puede.
Rosa Anacaona
Gracias! A la orden!