En el mes de enero se anunció la eliminación del anticipo para pequeños negocios, aquellos que obtengan un máximo de ocho millones de pesos en ingresos y 10 empleados. La noticia se ha viralizado, y muchos la ven como un gran alivio, tal vez imaginándose que la eliminación del anticipo es una eliminación del pago del Impuesto Sobre la Renta. En una encuesta que realicé en redes sociales 87% de las personas se alegró de que eliminaran el anticipo, sin embargo, el 57% admite que es más difícil pagar todo el impuesto en una sola cuota al final del año.
Dado o anterior, se deben considerar ciertos factores:
- La eliminación del anticipo requerirá que las personas y negocios se planifiquen financieramente para pagar el impuesto al final del año en una única cuota, porque definitivamente no se elimina el Impuesto Sobre la Renta, solo se eliminan los pagos adelantados o “abonos” a ese impuesto.
- La eliminación del anticipo no es algo nuevo, ya que las personas acogidas al PST de ingresos gozan de este beneficio, es decir, no pagar anticipo.
- Aun se espera el reglamento que indique los criterios generales para que las personas se acojan al beneficio de no pagar anticipos que va de la mano con:
- Una modificación al PST de ingresos actual
- Un monotributo. No pagar anticipos no necesariamente involucra que las pequeñas empresas no tengan que hacer pagos ya sea mensual o anual según indique el reglamento que esperamos. Este monotributo estaría incluyendo las contribuciones de la seguridad social de los empleados, el ITBIS, y quien sabe que otra cosa. Sería un pago único que sería administrado por alguna institución y que luego sea distribuido por esta ultima a los beneficiarios correspondientes.
El verdadero problema del anticipo es que es un pago adelantado del Impuesto Sobre la Renta, que por su naturaleza es un impuesto que se paga anual. Mediante el pago del anticipo financiamos al gobierno sin tener nada a cambio. Sin embargo, tenemos un costo de oportunidad, ya que al pagar de manera anticipada el impuesto del año, no podemos disponer de ese dinero y ponerlo a producir.
En consecuencia, los anticipos que pagamos deberían poder ser al menos ajustados por inflación para mitigar el efecto del costo de oportunidad.
Además, es un financiamiento gratuito que recibe el gobierno ya que obtiene ingresos adelantados de lo que debería recibir al final del año, mientras tanto usa el dinero para hacer frente a sus obligaciones.
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