La Dirección General de Impuestos Internos (DGII) se está fortaleciendo y sus esfuerzos se enfocan en aumentar las recaudaciones. Como parte de su estrategia se puede mencionar la fiscalización masiva y cierre de negocios que no estén al día en el cumplimiento de sus obligaciones fiscales. Además, está capacitando a su personal y contratando capital humano nuevo para poder tener mayor alcance en sus gestiones.
Con esto en mente, ¿te has preguntado si estás listo para que te fiscalicen? ¿Conoces el riesgo que asumes por contingencias fiscales no cuantificadas? Si la respuesta es no, entonces te invito a seguir estos consejos:
- Verifica las fechas límites de presentación y pago de los impuestos. La DGII tiene disponibles los calendarios marcando las fechas que necesitas tener en mente. Si no lo tienes físico lo puedes consultar en línea en la Web de la DGII.
- Ante temas de omisiones de impuesto, en la Oficina Virtual puedes consultar las declaraciones presentadas y los formatos de envío de datos. Verifica que todos se hayan presentado en la forma y plazo establecidos por la Ley.
- Si tienes todo al día, el siguiente paso es hacer los cruces de información. Verificar, por ejemplo, que los ingresos presentados en las declaraciones del Impuesto sobre la Transferencia de Bienes Industrializados y Servicios (ITBIS) coincidan con el total de ingresos del año, para fines de revisiones del Impuesto Sobre la Renta (ISR).
- Revisa con tu asesor fiscal tus cuentas contables y pagos a terceros. Esto te servirá para verificar si has realizado las retenciones aplicables, ya sea del ISR o del ITBIS.
- Cada cierto tiempo, contrata a un especialista en impuestos para que realice un Due Dilligence o Auditoría Fiscal Preventiva, de esta forma podrás determinar riesgos fiscales y cuantificarlos, así podrás provisionar ese riesgo y, en caso eventual de fiscalización, no comprometerás la liquidez de tu empresa.
Cuando se trata de impuestos es mejor pagarlos y pagarlos bien, porque en caso contrario las penalidades son bastante caras, y si a eso sumas que la prescripción es de tres años (en ciertos casos puede ser hasta 5 años), lo que implica que los impuestos dejados de pagar en esos años te serán cobrados de repente, eso podría hasta llevar tu negocio a la quiebra.
Planifícate, paga los impuestos en la forma y plazo e invierte en asesorías fiscales. En cierto modo esto te ayuda a llevar tu negocio con más tranquilidad y a cuidar su salud financiera.
Comments
Rossina Arias
Excelente articulo, muy cierto y puntual!