La lucha contra la evasión fiscal está forzando a la Dirección General de Impuestos Internos (DGII) a buscar nuevas formas de combatirla. Según comunicó el director general de la DGII, el señor Magín Díaz, en un plazo de dos años se estaría implementando la factura electrónica. A pesar de ser un tema aparentemente nuevo, la primera vez que esa institución se refirió al tema fue en el 2013.
Con la factura electrónica la DGII estaría atacando directamente la evasión del ITBIS principalmente, que desde el año 2009 se mantiene estimada en un 40%. La factura electrónica se estaría realizando por medio de sistemas enlazados a la DGII mediante una plataforma creada para tales fines, y a los registros contables de los contribuyentes, de manera que permitiría la simplificación de la determinación y pago de impuestos y, a la vez, permitiría mayor control y transparencia en el pago de los mismos. Asimismo, estaría haciendo frente el reto de las ventas a consumidores finales que, según las estadísticas del Banco Central dominicano, representa el 80% del PIB.
Primero, la transparencia vendría dada en el sentido de que al momento de presentar las declaraciones de ITBIS, la DGII podría cruzar información recibida a través de la plataforma de la factura electrónica y validar que el ingreso reportado es correcto en un tiempo mínimo que, incluso si se programa correctamente, podría impedir que la declaración sea presentada si los datos no coinciden, obligando a los contribuyentes a evitar defraudaciones al fisco y pagar sus impuestos de manera más correcta.
En segundo lugar, los contribuyentes, especialmente las pequeñas y medianas empresas que no cuentan con contabilidad organizada, contarían con soluciones contables para llevar sus registros y en el momento de presentar sus declaraciones, estar seguros de declarar los montos reales, así se podrían evitar las fiscalizaciones que surgen cuando el ingreso declarado presenta inconsistencias en los cruces de información de la DGII.
Finalmente, las ventas a los consumidores finales dejaría de ser un reto para la DGII, ya que al ser ventas realizadas a personas físicas y estar sustentadas con comprobantes que no son válidos para crédito fiscal, la DGII no recibe los datos de este tipo de ventas como para poder hacer cruces de información y validar los ingresos de los negocios cuyas ventas, en su mayoría, son a personas físicas. El primer esfuerzo para tomar control sobre estas transacciones fue la implementación de impresoras fiscales, que a pesar de haber tenido ciertos frutos, no tiene un uso tan estandarizado como se esperaba.
Así las cosas, las empresas y negocios de único dueño deben prepararse para pagar los impuestos de la manera debida, pues cada vez más la DGII implanta mecanismos de control que en otros países han sido efectivos en esta causa.
Esperemos que los esfuerzos de la DGII también se vean orientados a la formalización de los negocios que aun escapan de su alcance, tal vez de esa forma consideren reducir la tasa de los impuestos y dejen de castigar a quienes ya los pagan.
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